Podrá parecernos que cuando se habla del costo, nos parezca exagerado, pero esa es la verdad y si además la dijo el mismo Señor Jesucristo, es porque es así. Cuando el pide aborrecer, debemos entender que es, amar menos o dejar de lado, para servir a Cristo, amar más la familia y dejar de lado a Cristo, es peor aun; además agregó: el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo, cuando dejamos la familia y otras muchas cosas que antes nos parecían importante, para seguir a Cristo, descubrimos que eso es muy frecuente en otras áreas, muchos dejan la familia para irse a estudiar y dedicar todo su tiempo y su vida, para lograr ese objetivo; otros lo hacen buscando mejores condiciones de vida, yéndose quizás a un país extranjero y lo hacen con gran sacrificio, cuanto no será más importante dejarlo todo para seguir a Cristo, ya que él lo merece todo, por habernos rescatado de una perdición eterna y segura. Lo seguiremos renunciando a todo, hasta nuestra propia vida, "El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará" Juan 12:25, aquí aparece nuevamente la palabra aborrecer, que no es otra cosa que dejar de lado. Cuando Dios dice: "a Jacob amé, más a Esau aborreci"tiene el mismo sentido.
De modo que para ser discípulo de Jesús, no queda otra cosa que dejarlo todo de lado, para dedicar la mayor parte del tiempo al Señor, leer su palabra como buen discípulo en la mejor escuela, hacer tiempo para estar con él, como lo estaban sus discípulos, y si somos discípulos, no podemos ser menos aplicado que el estudia una carrera secular. Es entonces cuando muestra más claramente lo que uno debe decidir, si seguir a Cristo o dedicarnos a otra cosa; fácil sería hacer eso, pero ¿cual sería el resultado finalmente?perderlo todo, en esta vida y por la eternidad Juan 12:25, Cuando uno comienza a construir una casa debe terminarla, no sirven las obras inconclusas, y si vamos a la guerra, no pretendamos ganarla, sin contar con los elementos necesarios, las armas que él nos proporciona, si se trata de una guerra espiritual que es la que libramos todos los días.
La ilustración final es la sal, un elemento tan sencillo y tan barato, si embargo, nadie podría vivir sin el, si dejamos de lado al Señor o en segundo lugar, nos desvanecemos como la sal, nos volvemos insípidos, y ya no servimos para nada, ni para la tierra, no para el muladar, nos arrojará fuera. La sal que como decíamos, es tan simple y económica, sin embargo es ella la que da sabor, el gusto a las cosas, es también la que preserva de la corrupción y por último, despierta la sed. Tal como está el mundo, es porque la sal se ha desvanecido y ya no da sabor a la vida, menos aun preserva de la corrupción, como es desvanecida tampoco despierta la sed en los que la toman o la ven. El secreto consiste en que nuestra propia vida con abundante sal, despierte sed en los que nos rodean, ganas de tener lo mismo.
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