Lucas 20:19-26 En estas sabias palabras del Se Jesús, esta dicho todo lo que es el deber de un buen administrador del Señor. Cada parte debe recibir lo que le responde. Uno puede ser muy cuidadoso de pagar los impuesto y las demás deudas, pero puede descuidar dar a Dios lo que es de Dios. Un buen administrador, en primer lugar debe dar lo que le corresponde a Dios, porque lo tiene más cerca, y porque somos eternos deudores de él. Luego comenzar por todas las demás deudas, impuestos, servicios, trabajos, alimentos y vestimenta, si es que compra fiado estas cosas. Porque la Escritura dice: Pagad a todos los que debáis: Al que tributo tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto respeto; al que honra honra. No debáis a nadie nada sino el amaros los unos a los otros ; porque el que ama al prójimo ha cumplido la ley. Hemos estudiado mucho sobre estas parábolas, sobre la mayordomía. "El mayordomo infiel" "El de los talentos y su mala administración"
Pero si que queremos ser buenos administradores, no olvidemos el consejo del Señor cuando dijo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas. El dice que las riquezas son injusta, porque no son nuestras, no nos pertenecen, son ilegítimas, porque son del Señor y no podemos usar mal sus bienes; ya que él nos a confiado tanta riqueza. Más adelante agrega: Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿quien os dará lo que es vuestro?, y si en lo poco no fuiste fieles, ¿ quien os dará lo que es demás? Esto deja bien claro, que nuestra mayor inversión, debería estar en el reino de Dios, porque lo demás vendrá por añadidura. Pero esto también incluye nuestro tiempo y nuestros talentos o capacidades dadas por el Señor, no para nuestro placer, sino para acrecentar su reino, ganando a otros para Cristo, y usando esas capacidades, tiempo, y conocimientos, que él nos ha dado para edificar su Iglesia.
Hay un relato en la vida del profeta Eliseo, cuando el llega a la casa de una mujer viuda, a quien un acreedor le iba a vender sus hijos como esclavos, para cobrarse la deuda. Esta pobre mujer esta muy afligida, y es cuando el profeta, le pregunta: ¿ que tienes en tu casa? y ella dijo: tu sierva, solo tiene un poquito de aceite en una vasija. El le dijo entonces: junta muchas vasija vacías, prestadas y tu y tus hijo se encierran en la casa, y comiencen a llenar las vasijas, con ese poquito de aceite, así lo hicieron, y llenaron todas las vasijas, entonces el profeta de Dios le dijo: ve y paga a tus acreedores y vivid de lo que quede. Esta es una muy buena enseñanza, aun para los que tienen muy poco, primero pagar lo que se debe, Vivir, no volviéndose a endeudar, sino vivir de lo que quede, porque cuando se cumple con estos deberes, de dar primero a Dios lo que es de Dios y a César lo que es de César. Dios no nos dejará faltar lo necesario para vivir, pero no para derrochar y volverse a endeudar.
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