Este capítulo 17 de Lucas, comienza con tres temas, que no se pueden pasar de largo; los que causan tropiezo, aprender a perdonar, la fe y el servio del Señor. Jesús dijo: que una persona que por su conducta sirve de tropiezo a otro, y en especial a los niños, merece ponerle una soga al cuello, con una pesada piedra y arrojarlo al mar. Entonces agrega: Mirad por vosotros mismo, primero debemos mirar lo que somos nosotros y lo que nos va a perjudicar a nosotros mismo, ser de tropiezo a otro. Llamarnos cristianos o hacer alarde de fe y vivir una vida diferente a la que corresponde a un buen cristiano, solo sirve de tropiezo a los demás. Una gran cantidad de personas que hoy se han alejado de la iglesia, es porque alguien, o algunos le han servido de tropiezo. Esto sucede mayormente cuando la persona es nueva en el camino de Dios y no sabe enfrentar estas situaciones, terminan alejándose de Dios y la iglesia. San Pablo dice: En 1 Corintios 8:7, Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos habituado hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a los ídolos, y su conciencia siendo débil es contaminada. Y sigue en los versos 8 al 13.
Cuando el Señor dijo que hasta siete veces debemos perdonar a la persona que viene por séptima vez a pedirnos perdón, debemos perdonarlo. No es extraño que los apóstoles le dijeran Señor, auméntanos la fe. Podríamos pensar que esa persona, se está burlando de nosotros, o como se dice, tomándonos el pelo, pero puede ser que Dios nos esté probando en nuestra fe, por eso es el pedido, auméntanos la fe. Pero si nuestra fe fuera solo como un grano de mostaza, podríamos mover montañas. La fe es algo que se desarrolla y si usted quiere probarlo, ponga en practica estos consejos; no deje de leer su biblia, no deje la oración, enfrente las pruebas para crecer en fe, y siga dando testimonio de su fe, porque esto le producirá la clase de fe que glorifica a Dios.
Finalmente dijo que cuando hayamos hecho todo lo que nos mandó, digamos siervos inútiles somos, porque solo lo que nos fue ordenado hicimos. Cuando uno lee todo lo que Jesús nos mandó, nos quedamos cortos, porque siempre hay algo más por hacer en el reino de Dios, aun más allá de lo que debíamos hacer. Alguien ha dicho: Hay todavía una tarea inconclusa en el reino de Dios, que no hemos hecho, llegar con el evangelio, hasta lo último de la tierra, quedan muchos y pueblos que nunca han oído el glorioso mensaje de salvación, y a ellos debemos ir, esto lo dijo el Señor, porque él sabía que esto iba a suceder cuando dijo: A la verdad la mies es mucha y los obreros pocos, rogad al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. Y es quizá esto último lo que no estamos haciendo, porque estamos muy ocupados, en muchas cosas, pero no hemos elegido la mejor parte, que es complacer al Señor en obediencia.
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