En Isaías capítulo 5 Dios nos da una parábola, sobre una viña que él ha plantado en un buen lugar, la despedregó y la cercó y esperaba que diese buenas uvas. Pero cuando vino a cosecharlas, había dado uvas silvestre. Entonce se hace la pregunta: ¿ que más se podía hacer a mi viña, que no haya hecho por ella? ¿como, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? Esta historia se repite por el Señor Jesús, dice que la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo. Y a su tiempo volvió y envió sus siervos a los labradores, para que le diesen el fruto de la viña, pero los labradores, los golpearon y los enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar por segunda y tercera vez sus siervo e hicieron lo mismo con ellos. Entonces les envió a su propio hijo amado quizá como es el hijo, lo respetarán. Pero los labradores tomaron al hijo y lo echaron fuera de la viña y lo mataron. ¿ que pues les hará el dueño de la viña cuando vuelva?
El mismo da la respuesta: Vendrá y destruirá a estos labradores y dará su viña a otros. Cuando oyeron esto, dijeron: ¡ Dios nos libre!
Pero Jesús mirándolos, dijo: ¿ que pues es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido ha ser cabeza del ángulo? Todo el que cayeres sobre aquella piedra, será quebrantado, y aquel sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
Hasta aquí, todo lo que Jesús dijo sobre las terribles consecuencias, que traerá el haber desechado al Hijo de Dios. Por eso dijeron ellos: ¡Dios nos libre! Parece ser que se dieron cuenta lo que significaba esta parábola. Pero que como sabemos, ellos continuaron con su inicuo designios.
Esa pregunta: ¿que más se hará, que yo no haya hecho por mi viña?
Podemos decir que cuando esto se refiere a nosotros, queda la misma pregunta por el Señor. También nosotros hemos recibido una tarea para realizar, en la viña del Señor y él ha hecho en nosotros, todo lo necesario para que podamos dar fruto, pero muchos de nosotros, hemos sido malos obreros y no hemos hecho producir lo frutos que él esperaba de nosotros. Es muy importante, leer el capítulo 15 de Juan y todo lo que el Señor Jesucristo, nos dejó dicho. Una palabra que culminan esta declaración del Señor, dice: "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo los elegí a vosotros y los he puesto para que vayáis, y lleven fruto, y vuestro fruto permanezca; Para que todo lo que pidáis a mi Padre, en mi nombre, él os lo de" v. 16. Cuando estamos dando fruto, él nos limpia para que llevemos más fruto, a algunos no nos gusta estos corte que suele hacer el Señor, pero son necesario para nuestro bien. Pero si no llevamos fruto, nos corta, no secamos y solo servimos para el fuego.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario