Lucas 16:1-15 La importancia de ser buenos administradores, depende que idea tengamos de los bienes que se nos han confiado. Podemos pensar que todo lo que tenemos es nuestros y que podemos usarlo como queramos. Pero sabiendo que nada es nuestro, debemos cuidarlo como buenos administradores. A estos bienes que se nos han confiado, Dios los llama riquezas injustas, porque no son legítimas, porque no son nuestras. La habilidad del mayordomo infiel es que de todas maneras trató de no perder todo, algo se le ocurrió, rebajar la deuda a cada uno, hacérsela factible de pagar. Es por esa razón que es elogiado por el dueño, y dijo algo el Señor, que es una lección muy importante para nosotros los cristianos, que por creer que todo al fin va a salir bien, no buscamos otra solución. El Señor dice que los hijos del mundo, son más sagaces que los hijos de luz, muchas veces nos limitamos solamente a orar, pero no a buscar la solución a las cosas que han salido mal.
Esta es una buena razón, para hacer lo mejor que podamos con los bienes que se nos han confiado. Ganar amigos con las riquezas injustas, para que cuando estas falten, nos reciban en las moradas eternas. Entonces dice: el que fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel más es fiel. Si en lo ajeno nos fuiste fiel, ¿quien os dará lo que es vuestro? Hay muchas y las mejores casas que nos esperan, serán al fin legítimamente nuestras, porque las hemos heredado de él, él nos las ha dado de regalo, pero si en lo ajeno no hemos sido fiel, lo nuestro, no nos será confiado. Seamos fieles en lo poco o en lo mucho, sabiendo que el Señor espera que lo hagamos crecer. Esto es mas o menos como la parábola de los talentos, ser fiel en lo poco o en lo mucho no es importante para nosotros, pero si para el Señor, porque él es el dueño de todo.
Concluimos diciendo que tenemos que ser sobrios, medidos en todas las cosas y prudentes, para no hacer malos negocios con lo que se nos ha confiado. Además que para ser fieles, tenemos que poner la mayor atención en eso y no dedicarnos a hacer riquezas con lo ajeno, porque ninguno puede servir a dos señores, o amará al uno y aborrecerá al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Los avaros se ríen y mofan de estos consejos y advertencias del Señor, burlándose de él, como nos puede ocurrir a nosotros, cuando queremos ser fieles, primero al Señor y no a juntar plata. Pueden tratarnos de tontos y extravagantes Pero no debemos olvidar que los bienes que el Señor nos ha confiado, ellos no los tienen y ni los podrán tener, porque harían muy malos negocios con esos bienes, que no son de ellos ni nuestros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario