La pregunta que le hacen los principales sacerdotes y los escribas, tiene una respuesta por parte del Señor, que los deja confuso. Como responder ellos ahora, no lo sabemos fue la respuesta, y como no sabían eso, tampoco sabrían de quien viene la autoridad de Jesús. Y mientras ellos siguieran en una incredulidad voluntaria, nuca la llegarían a saber. Porque la autoridad de Jesús, proviene de él mismo, el es la máxima autoridad en todo lo que existe, porque a él, Padre le había dado toda autoridad, y ahora era él, la autoridad, y lo será siempre, de modo que para nosotros los cristianos seguidores de él, tenemos a quien dirigirnos ante cualquier necesidad que sobrepase nuestra capacidad. Cuanta alegría nos da saber esto, porque a partir de allí, todo lo podemos en Cristo Jesús, Filipenses 4:13. Se nos dice que él estaba en el templo, enseñando al pueblo y anunciando el evangelio, ese era su trabajo, como dijo en cierta ocasión Moody cuando le dijeron: déjeme tranquilo ocúpese de su trabajo, y Moody respondió: "este es mi trabajo"
En cierta ocasión también le preguntaron a un joven en que trabajaba, y el respondió: en predicar el evangelio, y en una oficina para pagar los gastos. Para este joven su trabajo principal era servir a Dios, lo demás era secundario, casi un jobby diría yo. Por mucho tiempo, casi 10 años, yo hice así, pastoreaba una iglesia y atendía otras obras de la zona, pero los trabajos seculares que realizaba, eran para mantener los gastos, nada más, no para hacer plata. Lo principal de la vida para un creyente comprometido con Cristo, es servir a Dios, porque es lo único que nos da verdadera satisfacción,
nada es comparable en la vida, que vivir una vida rendida y comprometida con Cristo, es lo único que vale la pena, para vivir.
Los líderes religiosos de la época de Jesús, tenían muy claro que enseñar o realizar cualquier tarea que tenga que ver, con lo religioso, tenía que ser autorizado por las autoridades religiosas superiores, algo parecido a lo que hoy hace la curia católica, cuando Martín Lutero comenzó a predicar el evangelio verdadero, como está en las Escrituras, le preguntaban también quien lo había autorizado. Pero la autoridad que tenía no era de los hombres, ni de institución alguna, era de Dios. La autoridad que ejercemos los cristianos, viene directamente de Dios, por obra del Espíritu Santo, que nos fue dada cuando Jesús dijo a los apóstoles: He aquí yo les doy autoridad sobre toda fuerza del enemigo 9:1,2, y agregó más adelante. He aquí, yo enviaré la promesa de mi padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investido de poder de lo alto, 24:46-49. Como no vamos ha ser felices cuando tenemos todo a nuestro favor, todas las herramientas para cumplir ese mandato, no nos pide nada que él no haya hecho, enseñado y nos ha dado para que sigamos sus pisadas. Adelante hermano, Dios le ha provisto todo lo necesario para hacer lo que él ha pedido, no le falle. Si es necesario que nos quedemos un tiempo en Jerusalén, lo haremos.
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