Veamos lo que dice esta carta en el capítulo, ocho desde el comienzo. Primero estamos libres de la condenación eterna por causa del pecado, que a todos nos a afectado. Una cita relacionada con este tema está en Gálatas 5:22,23. "Porque la carne lucha contra el Espíritu y el Espíritu contra la carne y estas cosas se oponen entre si, para que no hagáis lo que quisieres". Si hacemos lo que a nosotros nos gusta, es decir lo que queremos, caeremos bajo el dominio de la carne, porque nuestros deseos pertenecen a la carne, y la carne es nuestra naturaleza con la que vinimos al mundo y por lo tanto es terrenal. Pertenecen al primer hombre Adán, del cual vinimos, y que allí en en el capítulo 5 de esta carta y en los versos 18,19 dice:"Así que por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno, vino la justificación de vida a todos los hombres, porque así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos serán vivificados. Lo cual quiere decir, que tener a Cristo en la vida, nos justicia de la condenación del pecado y nos da la vida eterna.
Continuando con el capítulo 8 Dice: Que los que son de la carne o andan en la carne, piensan en las cosas de la carne, mas los que son del Espíritu, en las del Espíritu, porque el ocuparse de la carne es muerte, mas el ocuparse del Espíritu, es vida y paz. Por cuanto los designio de la carne es enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, si no según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo a la verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. y Si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Cristo Jesús, mora en vosotros, el que levantó a Cristo Jesús de los muertos, vivificará vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Así que andar en el Espíritu, es por vivir en una perfecta comunión con Dios, mediante una búsqueda constante de su presencia en nuestras vidas.
Así que andar en el Espíritu, es por vivir en una perfecta comunión con Dios, mediante una búsqueda constante de su presencia en nuestras vidas.
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