jueves, 21 de mayo de 2015

EL BUEN SAMARITANO

Lucas 10:25-37. La primera pregunta de este intéprete de la ley, es para poner en apuros a Jesús, pero lo que él no sabía quien era Jesús, sino no lo hubiera hecho, con esa mala intención. La pregunta es: ¿haciendo que cosa, heredaré la vida eterna? lo que él tenía que hacer seguro que ya lo sabía, era arrepentirse y recibir al Salvador, porque Él es la vida eterna. Tan es así que dijo muy claramente cual es el más grande mandamiento. Has esto y vivirás fue la respuesta de Jesús. Pero queriendo justificarse asimismo, dijo que no sabía quien era su prójimo. Es entonces cuando Jesús usa una de esas magistrales respuesta a través una parábola, el buen samaritano. Sabemos que es una parábola porque no hay nombres propios, como en el caso del Rico y Lázaro, que es un relato verídico ( Lucas 16:19-31) El hombre descendía de Jerusalén, y aquí esta la primera ilustración, el hombre descendía y cuando uno desciende, seguro que caerá en manos del ladrón, el cual lo deja despojado, desnudo, herido y medio muerto. Así nos encontró el Buen Samaritano e hizo con nosotros, todo lo que el buen samaritano hizo. Lo que los sacerdotes y levitas tenían como consigna, era ayudar al prójimo. Si embargo no lo hicieron, pero un extranjero y aun aborrecido por ellos los judíos, tuvo compasión de él.

¿ Quien es mi prójimo es la pregunta. En este caso nos muestra que Jesucristo es nuestro prójimo en primer lugar, porque es él el que está más cerca  de nosotros, más próximo y nosotros necesitamos de él y él espera de nosotros una respuesta y si no lo hacemos, nos perdemos. Como humanos nuestro prójimo, el más próximo es, después del Señor, nuestra esposa o nuestro esposo, así que allí está nuestra primera responsabilidad, amar a nuestra o nuestro prójimo, como a nosotros mismos, el que no ama a su pareja, está en falta, después siguen los demás. Uno necesita de la esposa como ella de nosotros y sino a ¿ quien vamos a acudir? Y sin duda que después siguen los hijos como los próximos que depende de nosotros como nosotros de ellos.

Veamos como concluye esta historia. El buen samaritano, tuvo que descender de su cabalgadura para atender al herido y medio muerto, así Jesús descendió del cielo para socorrerme a a mi cuando estaba desnudo y herido y medio muerto, saqueado. Curó mis heridas me puso aceite, su unción, y el vino, la alegría a mi alma, me montó en su cabalgadura, y me puso al cuidado de otros en el mesón, y se fue, él volverá y cuando vuelva va recompensar a todos los que han cuidad de mi. Pero antes de irse me dejó los recursos necesarios para continuar mi sanidad completa. Esto es lo que hace y ha hecho el Buen Samaritano con nosotros. La final respuesta de Jesús es: ve y has tu lo mismo y eso es lo que tenemos que hacer, socorrer al prójimo cuando es necesario.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario