lunes, 25 de mayo de 2015

EL SIERVO INFIEL

Esta parábola del capítulo 12:41-48 de Lucas, se refiere a un hombre que su patrón lo dejó al cuidado de sus bienes. Desde el principio, Dios quiso el hombre sea el administrador de sus bienes, porque todo lo que se nos ha dado y hemos recibido, es del Señor, nada es nuestro, solo aquello con lo cual ha enriquecido nuestra alma, desde la salvación y todos los dones, son nuestros por herencia, ya que el testador murió, nosotros heredamos, todo eso con el Cristo resucitado. Esta historia que es un símil desarrollado, o sea una parábola, es la respuesta de Jesús a la pregunta de Pedro: ¿ esto lo dices para nosotros o para todos? Y Jesús respondió como siempre, para que no lo olvidemos, que lo que está diciendo es para todos los cristianos del mundo. Todos debemos ser siervos fieles, leales y prudentes. Eso es lo que se espera de todo mayordomo, fidelidad, lealtad y prudencia en el manejo de los bienes, y aquí viene la pregunta obligada: ¿ como estás manejando los bienes del Señor ?? ¿ está derrochando, tu dinero, tu salud, tu tiempo? Recuerda que todo esto es del Señor y no tuyo.

En el capítulo 16 cuando se refiere nuevamente a la infidelidad del siervo, dice: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas....versos 9-12, leer todo este pasaje para ver lo que sigue, cuando lleguemos a ese capítulo, lo aclararemos mejor. Al que ha sido fiel, él lo pondrá sobre todos sus bienes, si esto ocurre cuando él venga, se refiere a los bienes que tendremos después para administrar vs. 43,44. Por lo contrario si ese siervo, seas vos o yo, deja de esperar al Señor y se entrega a los placeres de este mundo, y a maltratar a todos aquellos, que están bajo su cuidado, vendrá el Señor cuando menos lo espera y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con el resto de los que le fueron infieles. Porque aquel siervo que conociendo la voluntad de su Señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.
Porque todo aquel que se le haya confiado mucho, mucho le será demandado y al que mucho se le haya dado, más se le pedirá.

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