miércoles, 6 de mayo de 2015

LA RESTAURACIÓN DEL HOMBRE

Este tema de la entrada, pertenece a un mensaje que prediqué en Concordia y al mismo tema, lo repetí en Monte Grande, dos lugares donde nuestras hijas Adriana y Graciela, pastorean iglesias junto a sus esposo Horacio y Osvaldo. El tema se basa en la respuesta que le da Dios a Jeremías, quien estaba muy desanimado, frente a la falta de respuesta del pueblo de Israel a su mensaje, a tal punto que tenía deseos de no continuar más, en ese ministerio profético. Pero como el mismo dice: "Cuantas veces hablo, sufro violencia y destrucción; porque la palabra de Dios me ha sido por escarnio y afrenta cada día. Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude." 20 8 y 9. Pero antes de esta decisión, había dicho como se sentía su corazón: ¿ por qué es perpetuo mi dolor y mi herida desahuciada no admite curación? ¿ serás para mi como cosa ilusoria, como aguas que no son estables? ¡¡¡¡Había un fuego metido en mis huesos!!!

Dios le responde en este capítulo 15: 19. Si te convirtieres, (te volvieres) a mi, yo te restauraré, y delante de mi estarás; si separares lo que es vil, de lo que precioso, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti y tú  no te conviertas a ellos. y te pondré para este pueblo, como muro fortificado de bronce, pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Fíjesé que un hombre como jeremías, llega a tener un bajón tan grande, que le parece que Dios es para él, algo ilusorio, pasajero, que no tiene sentido seguir orando testificando de Dios. Es entonces cuando Dios habla y nos muestra la realidad de donde hemos caído; nos hemos alejado de Dios poco a poco, sin darnos cuenta. Comenzamos por dejar de orar, leer la Biblia, concurrir a las reuniones, y nos vamos enfriando a tal punto que pensemos como Jeremías, que ya no vale la pena seguir como
 cristianos y abandonarlo todo, y muchos lo hacen, dejan todo. Algunos dejan todo para seguir a Cristo y otros dejan todo para no seguirlo más ¡¡¡¡que diferencia y que destino final!!!!

¿Cual es la necesidad? volvernos a Dios, porque estamos alejados, y como dice el salmista: "tu destruirás a todo aquel que de ti se aparta, se aleja, y continua diciendo: En cuanto a mi, el acercarme a Dios es el bien. Salmo 73: 27,28. Esto pasaba en la iglesia de Éfeso, "Tengo contra ti, que has dejado tu primer amor, Recuerda por tanto, de donde has caído, y arrepiéntete, y has las primeras obras; (cuando tenías calor en el corazón) pues sino vendré a ti, y quitaré tu candelero de su ligar, sino te hubieres arrepentido" Apocalipsis 2: 4,5 Lo peor que te puede suceder, es que que la luz que hay en ti, se apague del todo. Hoy día hay muchos cristianos que se hallan en esa condición, comenzaron muy bien, todo era hermoso, pero por descuido, desobediencia, dejar de ser testigos, se han enfriado y hoy la vida cristiana a perdido su sabor. Jesús lo dijo: Vosotros soy la sal de la tierra, pero si la sal se desvaneciere, ¿ con qué será salada? no vale ya para nada sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. Mateo 5: 13 y lea también 14-16. Esta es la clase de restauración que Dios promete, y un hombre o mujer restaurado, es la esperanza de una nación restaurada, para alcanzar sus propósitos y sueños.

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