miércoles, 14 de enero de 2015

EL HOMBRE NO TIENE EXCUSAS

Después que el apóstol ha declarado el estado y condición del hombre sin Dios y haber dicho que la creación revela la existencia de Dios, por las cosas que son hechas, dice que por lo tanto no tienen excusa, ( capítulo 2: 1) los que han visto las obras de Dios y todavía no le creen, más aun, juzgan a los demás y haciendo ellos las mismas cosas de lo que acusan, Dios juzgará conforme a la verdad, y no conforme a la opinión de los hombres.

Por esta razón y por todo lo demás, el hombre será juzgado por Dios cuando llegue el día del juicio, y no haya manera de esquivarlo, cuando todos los seres humano tendrán que dar cuenta de sus hechos, porque Dios dice: "Vivo yo que ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios" Después dice el apóstol: ¿Menosprecias su benignidad y paciencia y longanimidad Dios, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

Pero por tu dureza y tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira paras el día de la ira y la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que perseverando en obrar bien buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, al judío primeramente y también al griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, sea judío o griego; porque no hay acepción de personas para con Dios.
En estos pasajes del capítulo 2 la carta a los Romanos, hemos tratado sobre el peligro de rechazar la salvación tan grande que Dios nos a revelado por la muerte de Cristo en la cruz, para que todo aquel que crea en él y se arrepienta y lo reciba como Salvador, tenga vida eterna y no vaya a condenación, sino que pase de muerte a vida (evangelio de Juan 5: 24)

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