lunes, 12 de enero de 2015

EL ESTADO MORAL Y ESPIRITUAL DEL SER HUMANO

En el último párrafo del capítulo 1 de la carta a los Romanos, el apóstol nos habla de la ira de Dios sobre el pecado del hombre y es con justa razón pues el hombre según este capítulo, ha llegado a un punto en el cual ya no hay regreso, a menos que se arrepienta y se reconcilie con Dios. Pero la ira de Dios se manifiesta no solo ahora, con mucha frecuencia, sino que también vendrá sobre la humanidad no arrepentida e impenitente de los últimos días. Leamos los primeros versículos de este pasaje, dice: "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen la verdad con injusticia.

¿ Cual es la injusticia más grande del hombre? es negar la revelación de Dios en la misma creación. Continúa el pasaje diciendo:"Por que lo que de Dios se conoce, les es manifiesto, porque Dios lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio las cosas que son hechas, por lo cual no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus propios razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios
 se hicieron necios y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, y de reptiles." Esto es lo que la Biblia llama idolatría, el dar culto y hacer peticiones a imágenes muertas que no ven ni oyen, por esa causa el corazón del hombre se a entenebrecido. Lo que sigue nos muestra las consecuencias y resultado de corazones en tinieblas.

Por lo cual Dios los entregó a inmundicia, en las concupiscencias de su corazones, de modo que deshonraron entre si sus propios  cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amen En el próximo mensaje continuare con este pasaje bíblico si Dios lo permite.

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