jueves, 10 de abril de 2014

EL DISCIPULADO (parte 2)

Después de un tiempo de haber regresado a Mar de Ajó, intenté alcanzar a los jóvenes para Cristo, y formar con los convertidos un equipo para alcanzar toda la zona. Aprovechando que no había en el lugar ninguna clase de deporte, propuse a un club que tenía el equipo para el volley, iniciar este deporte y atraer jóvenes y poco a poco conducirlos al conocimiento del Señor, pero no dio resultado este intento. Comencé a orar para que Dios me diera la solución, en ese tiempo llegó a la ciudad un joven recién convertido que venía de otro lugar, me hice amigo y comenzamos un discipulado con él. Muchas horas dedicábamos para lograr este propósito, nos encontrábamos casi todos los días después que él salía del trabajo. Cuando le llegó la cita para hacer el servicio militar, oramos de esta manera: Señor si Roque va ha ser útil en este lugar, que no lo incorporen, y Dios nos concedió ese pedido no lo incorporaron. Ahora esperábamos lo que iba hacer Dios, entró a trabajar en una fábrica  de mosaicos, donde trabajaba un grupo de jóvenes y allí comenzó la tarea para mi hermano,

En poco tiempo se fueron convirtiendo al Señor y empezamos a discipularlos. Después de un tiempo formamos un equipo para recorrer otros pueblos de la zona, estos eran pueblos pequeños que se iban formando en ese tiempo, hoy son grandes ciudades turísticas. Un tiempo después vinieron promotores del Instituto Bíblico de Bahía Blanca, quisieron ir a estudiar y a mí me pareció bien que lo hicieran, pero los que se inscribieron eran cinco y los más adelantados, así con Roque continuamos el trabajo pero ya no con la misma perspectiva. Poco tiempo después me casé y acepté la invitación de una iglesia que estaba sin pastor y de allí en adelante seguí con otras estrategia, pero algunos años después volví al discipulado.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario